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Día 21 - Película más miedosa

EL EXORCISTA de William  Friedkin


El terror es uno de mis géneros favoritos. No hay nada más emocionante para mí que ir al cine a ver una película de terror. Siempre tuve que verlas con mi mamá, porque mi papá tiene un pequeño trauma con este género y precisamente es culpa de El Exorcista. La última película de terror que vio en su vida y obviamente mi favorita.

Aún eran novios cuando en el año 73 fueron al estreno de la película en el teatro El CID en el centro de Medellín. Mi papá casi se muere de infarto en esa película, estuvo a punto de salirse de la sala pero aguantó. Salió con mi mamá y todavía era de día. Caminaron hacia la calle Argentina, donde vivían en el centro. De repente vieron un bus está atropellado contra un poste de luz, dado vuelta y con gente gritando, gimiendo y llorando. Como es normal había un círculo de gente chismosa alrededor de la escena del accidente. Y como es normal, mi mamá obligó a mi papá a acercarse a pesar de su negativa. Había gente atrapada que gritaba entre el bus destruiddo, y el poste con los cables de alta tensión que habían quedado ya en el suelo.  Todavía no habían llegado ambulancias y alguien se lanzó de voluntario a ayudar y gritó "¡Necesito a alguien flaquito que quepa entre esta ventana del bus y ayude a sacar a ese que está atrapado ahí!", efectivamente un "flaquito" se ofreció e intentó entrar por la ventana para ayudar a sacar los heridos, pero de repente se cayó sobre los cables de alta tensión y se electrocutó hasta morir. Según mi papá el tipo se acostaba y se doblaba exactamente igual que la niña del Exorcista. "No le faltó sino girar la cabeza completamente", dijo mi exagerado padre. Todos se quedaron impávidos viendo ahí la muerte del "flaquito". Y mi papá sólo pensaba en la escena de la niña del Exorcista saltando sobre la cama y vomitando. Durante muchas noches no durmió y esa imagen, más terrorífica que el propio Exorcista, se le quedó grabada para siempre. Fue su primera y última película de terror. Y él, que  fue el culpable de mi pasión por el cine quedó odiando mi película favorita de terror. 




Ahora, con la mini sala de cine que se armó en su casa, sólo ve películas de guerra, ciencia ficción o acción. Y cuando voy a Colombia a visitarlo, con esa pantalla gigante y ese buen sonido sólo quiero ver películas de terror. La última vez no lo pude obligar a ver Drag me to hell, de Sam Raimi, que también ha sido una de las que más me ha asustado. En el fondo sé que a pesar de todo disfrutaría del buen montaje, el buen guión, el sonido y los efectos. No me canso de verla. Algún día lo convenceré.



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1 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué buena película.
Y qué buena entrada.
Muy buena historia flaca.

Saludos.

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